domingo, 27 de septiembre de 2009

Cuando la intimidad habla por nosotros mismos

Existen redes sociales como Facebook, My Space, Youtube, que generan una estructura propicia para que los sujetos muestren su vida de diversas formas. Esta cuestión, que establece que los comportamientos de los individuos en la Web son controlados de manera eficaz, entra en relación con lo que plantea Michel Foucault sobre el poder en las sociedades disciplinarias explicando como la estructura del panóptico ejerce un poder visible e inverificable sobre los individuos, haciendo que el control sea eficaz y económico.

Partimos de la base de que los padres están ejerciendo una acción controladora debido a los contenidos que afectan la privacidad personal de sus hijos. Los videos, por ejemplo, tienen contenidos de violencia, amenazas y pornografía que inducen a comportamientos agresivos en los chicos, por cierto muy difíciles de controlar.

Un tema fundamental es la costumbre que tienen jóvenes y adolescentes de añadir fotos a redes sociales como Fotolog. Allí, intercambian mensajes, se reencuentran y relacionan con amigos, extraños y hasta muestran sus gustos sin tener en cuenta que, en muchos casos, están cayendo en una trampa porque los beneficios de estas plataformas son muy variados, pero también lo son los riesgos que corren.
La delincuencia organizada utiliza las redes sociales on line como fuentes de información de sus potenciales víctimas, quienes al proporcionar datos personales y detalles acerca de sus vidas a la vista de todo el mundo, puede llevar a casos extremos como los secuestros exprés donde los usuarios están en la mira de los delincuentes informáticos.

Otro ataque a la protección de la intimidad, es la cancelación en el momento que decide desaparecer de ese mundo. En Facebook, por ejemplo, tras eliminar el perfil de un usuario, la información que se incluye en estas redes sociales se traslada a otros lugares de Internet. Por defecto, estas plataformas permiten que algunos de los datos de sus usuarios aparezcan en los buscadores como Google y Yahoo.

Las propias empresas han puesto sus ojos en las redes sociales que, generalmente, se mueven con dinero, con lo cual es muy extraño que realicen algo sin que implique ganar algo a cambio. Uno de los mayores anhelos de la publicidad es el poder personalizar los mensajes a la talla de cada consumidor para poder ganarse su confianza. Está claro que las redes sociales les facilitan enormemente la tarea, pero también es verdad que los consumidores cada vez tienen menos confianza en las empresas y de sus campañas publicitarias; de ahí su creciente empeño en penetrar en ellas en busca de mercados y clientes. En este sentido, hacen negocio con nuestros perfiles en Internet aprovechándolo para enviar publicidad, sino que también encuentran un granero para el phishing (webs que imitan a otras reales para, por ejemplo, acceder a cuentas bancarias). Es así que la popularidad de Facebook y otros sitios de redes sociales brindan a los piratas cibernéticos nuevas vías para robar dinero e información.

Cada vez nos definimos más a través de lo que podemos mostrar y que los otros ven. La intimidad es tan importante para definir lo que somos que hay que mostrarla, pero los atributos privados de la persona humana cambian cuando se presentan al público: el eros pasa a ser sexo; el pecado, crimen; la culpa, vergüenza. Lo ideal sería seguir lanzando alternativas para que los usuarios puedan comunicarse pero que los responsables de las redes sociales tomen los recaudos necesarios y, por otro lado, que los adultos tomen conciencia ya que como siempre en estos casos, la mayoría de los padres no se enteran de nada hasta que pasan sucesos graves que los alerta y concientiza sobre las consecuencias de estos fenómenos de la nueva era de la comunicación cybernética.

1 comentarios:

Lorena Betta dijo...

Hola Denise, el post está bien, sólo que sería más adecuado para este contexto que colocaras los enlaces en el mismo texto.

Saludos

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